YOGA DARSHANA UPANISHAD (V)
Capítulo quinto: PURIFICACIÓN DE LOS NADIS
V.1-2. Habiendo ajustado tu actitud a lo que enseñan las escrituras sagradas, habiendo purificado todo exceso de sensualidad y aprendido lo que es el yoga, con espíritu sereno y veraz, podrás iniciar la práctica.
V.3-6. Afírmate en atman, escucha bien lo que enseñan los maestros, instálate en un ashram situado en un lugar agradable en lo alto de una colina, a orillas de un rio, o en un bosque, no lejos de un bosquecillo de bilva (árbol sagrado), y ejercítate en las posturas, cuidando tener el cuerpo recto, inmóvil y con la boca cerrada. Fijando los ojos en la punta de la nariz, verás en ella el disco de la luna, destilando gota a gota la ambrosía.
V.7-9. Introduciendo el aire inspirado por ida hasta el vientre, meditando sobre el fuego que arde en medio del cuerpo, percibirás en ti el sonido (nada) perpetuo; entonces, expulsarás el aire por el canal de pingala.
V.10. Luego harás lo mismo sustituyendo ida por pingala; practica así al menos tres veces al día y seis tandas cada vez.
V.11. Así lograrás purificar tus nadis; tu cuerpo se tornará luminoso, resplandeciente, a causa del fuego interior, y oirás claramente el sonido místico.
V.12. Tendrás entonces que purificar el propio atman.
V.13. En efecto, aunque eternamente puro, luminoso y hecho de beatitud, tu atman está como oscurecido, manchado por la suciedad de la ignorancia.
V.14. Gracias al conocimiento verdadero, podrás quitar el fango y devolverle su pureza.