Yoga Darshana Upanishad (I)

 En Yoga

Esta upanishad es un texto clásico que se presenta así misma como las enseñanzas dadas por el liberado Dattatreya al sabio Samkriti. Las materias enseñadas se exponen calcando el ashtangayoga de Patañjali. Sin embargo, en diversos lugares del texto, los autores han intercalado lecciones concernientes a materias que no figuran en los yogasutras.

Capítulo primero: Yama

I.2. Así pues, su discípulo favorito, Samkriti Maharshi, un día que estaba a solas con su santo gurú, inclinándose ante él, le habló juntando las manos en señal de respeto.

I.3. «Enséñame, señor, esta ciencia del yoga, con sus ocho miembros, pues sé que conociéndola me convertiré en un liberado en vida (jivanmukti)».

I.4. Vishnu le respondió: «escúchame bien Samkriti, te voy a enseñar el yoga».

I.5. Los ocho miembros son: abstenciones (yama), observancias (niyama), posiciones (asana), control de la energía fundamental (pranayama), abstracción sensorial (pratyahara), concentración (dharana), meditación (dhyana) e interiorización completa (samadhi).

I.6. Las diez abstenciones son: no causar daño, comunicarse con sinceridad, no robar, moderación en los placeres sensuales, compasión, ecuanimidad, fortaleza de espíritu, confianza (en alcanzar el objetivo), moderación en la dieta y limpieza.

I.7-8. No causar daño a nadie en acto, palabra o pensamiento, es ahimsa, según el veda, pues atman (esencia o alma) está presente en todo, inaccesible a los sentidos, en todos los seres.

I.8. Reconocer a atman en todo es el ahimsa verdadero, como afirman los sabios.

I.9-10. Lo verdadero es lo que se percibe por la visión, el oído y los otros sentidos, pues todo lo que existe es brahman (divinidad), como dicen los que saben.

I.11. No codiciar con el pensamiento el bien ajeno, sea paja, oro, joyas o perlas, es la honradez.

I.12. Y en el atman no ver su contrario, es ser más honrado aún: así se expresan los que saben.

I.13. Practicar la moderación sensual, aplicando tu espíritu sin distracción a la búsqueda de brahman, y absteniéndote de las mujeres en acto, palabra y pensamiento, incluso de tu propia esposa, salvo en los días siguientes a la regla.

I.14. Tener compasión es contemplar al prójimo en acto, palabra o pensamiento, como si fueses tú mismo: así se expresan los que saben.

I.15. Comportarse siempre de la misma forma con respecto a cualquiera, hijo, amigo, esposa, enemigo, es ecuanimidad.

I.16. La octava abstención (fortaleza de espíritu) es no ceder a la debilidad de encolerizarse contra los enemigos, aún cuando ellos te provoquen.

I.17-18. Fortaleza de espíritu es saber que el conocimiento despierta por el renunciamiento al mundo y el estudio de las escrituras sagradas, conjuntamente con la fe en lo que afirma el veda: «yo soy atman y nada más».

I.19. Se progresará en el camino del yoga ahuyentando la gula del alimento que se sirve.

I.20-22. Mantener limpio el cuerpo frotándolo con barro y agua: así se purifica el exterior.

I.21. Pero no hay que olvidar la pureza de espíritu que consiste en saber que se es puro en el fondo de uno mismo.

I.22. Pues el atman es puro, a diferencia del cuerpo que es impuro: quien lo olvide, aún lavando su cuerpo, lo perderá todo, como el insensato que, dejando el oro, coge el puñado de tierra.

I.23-24. El yogui que se sacia con la ambrosía de conocimiento tras haber abandonado el mundo no tiene ningún deber que cumplir.

I.24. Si imagina tenerlo no tendría derecho a ser llamado sabio.

I.25. Conocer atman es comprender que no existe nada que valga la pena hacer en el mundo; así pues, es preciso, por medio de las abstenciones, llegar a comprender el  atman como idéntico al inmutable brahman.

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