«La meditación hay que practicarla tranquilamente pero con constancia, a diario, sin desaprovechar
ninguna oportunidad ni ningún acontecimiento»

Thich Nhat Hanh

Meditar es plena consciencia en lo que está sucediendo en el ahora: pensamientos, sensaciones, reacciones a pensamientos y sensaciones… La consciencia en el ahora llevará a descubrir los condicionamientos, tendencias y hábitos que rigen nuestra vida.

A través de la meditación, desarrollamos la consciencia testigo: ser observadores ecuánimes y desapegados de todo lo que sucede aquí y ahora. Permitir surgir y fluir, hará que se purifiquen los contenidos mentales y favorezca la transformación.

Con la meditación podemos tener la experiencia de la impermanencia, el cambio continuo… fundamental para alcanzar una visión más profunda y real de todo.

Existen muchas técnicas de meditación. Pero el objetivo final es el mismo para todas: experimentar el Ser, la unidad y la totalidad, y trascender el pensamiento dual. Con perseverancia y paciencia se alcanza el estado en el que el meditador, el objeto de la meditación y el proceso de la meditación, se funden en una unidad: el meditador se convierte en el propio objeto de la meditación y penetra en su esencia más profunda.

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